Enhorabuena, pero no por tu fracaso
Hace unos días llegaba a mis manos Enhorabuena por tu fracaso del inefable Arturo González-Campos. Con semejante nombre y guion entre los apellidos, el libro tenía que ser bueno, me dije para mis adentros. Así que, tras deleitarme con las pinturas vanguardistas que adornan la tapa de cartoné, lo abordé sin ninguna expectativa.