¡Al cielo con don Manué!
Cuando una persona ilustre nos deja, arde una biblioteca. Con ellos, se pierden los recuerdos, la voz de quienes los conocieron y ya no están, así como las imágenes que ya sólo existen en el imaginario colectivo. Y es que, con Manuel Ruiz de Lopera, no sólo se va un personaje único del fútbol noventero, sino una parte importante de Sevilla.