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España se clasifica a octavos de final del Mundial de Catar como segunda de grupo, tras perder con Japón por dos goles a uno. Un partido de infarto que los de Luis Enrique encarrilaron durante la primera parte gracias al gol de Morata, y que se complicó tras la remontada de los japoneses nada más volver del vestuario.

A punto estuvo la carambola de dejarnos fuera del Mundial. La casuística era improbable, pero en el caso de perder ante Japón y que Costa Rica hiciera lo propio contra Alemania, España estaría eliminada. Tras una primera mitad donde la Roja dominó el juego, la posesión y el partido ante una desarbolada Japón, España comenzaba el segundo tiempo como líder de grupo, tranquila y confiada. Pero tras el descanso todo daría un giro de ciento ochenta grados. Y en cuestión de minutos. Japón remontaba gracias a un golazo y a otro más dudoso, mientras Costa Rica le daba la vuelta al marcador frente a la selección alemana. Estábamos fuera del Mundial.

Japón encontró su lugar en el campo, lanzándose como kamikazes por la banda. La ansiedad se apoderaba de España, que tocaban en horizontal, sin profundidad y con pocas ocasiones de peligro. Ito fue un asedio continuo que rompía en añicos la débil defensa de España, que no tuvo su día. Azpilicueta y Balde, fueron sustituidos por Carvajal y Alba; y Luis Enrique apostó por Ansu Fati para dar más juego por la banda, pero el gol no llegaba.

Así transcurrieron unos minutos de infarto, hasta que Alemania empató. Ahí ya España respiraría tranquila. Si la Roja no marcaba, el destino estaría en manos de Alemania. Así las cosas, España seguía combinando, ante una encerrada Japón que ya había conseguido su objetivo: eran primeros de grupo. La Roja, segunda, pero un gol de Costa Rica podría dejarla fuera del Mundial. Los teutones conseguían darle la vuelta al marcador y empataban a puntos con España, aunque necesitarían un buen puñado de goles para romper la igualada. En buena hora goleamos a Costa Rica.

Fin del partido y cruce de sensaciones en ambos partidos. El de España era júbilo con ambos equipos clasificados; y el de Alemania, la desolación más absoluta. Japón se clasifica a octavos de final por primera vez en su historia y la Mannschaft encarrila dos Mundiales consecutivos sin superar la fase de grupos. Por su parte, lo de España ha sido un decrescendo de sensaciones: desde una paliza a Costa Rica a una sonrojante derrota que deja dudas en el seno de la selección. Es un Mundial y, aunque suene a tópico, no hay rival sencillo. O si no, que se lo digan a Argentina y Francia.

Pese a ello, el objetivo está cumplido: España está clasificada a octavos como segunda de grupo y se medirá a Marruecos el próximo martes, evitando a Brasil en un hipotético cruce de cuartos de final. Este apasionante partido ante Japón ejemplifica que puede ocurrir cualquier cosa, y ahí reside la grandeza de este maravilloso deporte llamado fútbol.