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José Antonio Primo de Rivera será exhumado del Valle de los Caídos, según ha anunciado el representante de la familia. El proceso se realiza con la aplicación del artículo 54.3 de la llamada Ley de Memoria Democrática, por la cual el Valle de los Caídos dejará de ser un templo católico para convertirse en un cementerio civil. La iniciativa responde a la última voluntad del líder de Falange: Deseo ser enterrado conforme al rito de la religión católica, apostólica, romana que profeso, en tierra bendita y bajo el amparo de la Santa Cruz.

Con esta decisión, los Primo de Rivera se adelantan al Gobierno para evitar cualquier espectáculo mediático como ya hiciera con el traslado de los restos del dictador Francisco Franco en 2019, al afirmar: el proceso de exhumación debe permanecer y permanecerá dentro de la estricta intimidad familiar, sin que pueda convertirse en una exhibición pública propensa a confrontaciones de ninguna clase entre españoles. De hacerse efectivo el traslado, José Antonio Primo de Rivera emprenderá su quinto viaje desde que fuera fusilado en la prisión de Alicante el 20 de noviembre de 1936.

Nada más ser asesinado, Primo de Rivera fue enterrado en una fosa común del cementerio alicantino de Nuestra Señora del Remedio, en plena Guerra Civil aún con Alicante bajo el poder del Frente Popular. Ahí permanecería un año hasta que recibió sepultura en el camposanto. En 1939, recién finalizada la contienda, el cuerpo fue trasladado a pie y a hombros desde Alicante a San Lorenzo de El Escorial por un cortejo de falangistas. Dos décadas reposarían allí sus restos; en 1959, con motivo de la inauguración del Valle de los Caídos, fue inhumado en Cuelgamuros a petición de Francisco Franco que escribió a Miguel y Pilar Primo de Rivera —hermanos del líder falangista— para ofrecerles la nueva basílica como «el lugar preferente que le corresponde entre nuestros gloriosos caídos». Desde entonces, el cuerpo permanecía en un sepulcro bajo el altar mayor, cerca de la que fuera la tumba del Generalísimo hasta 2019.

Los descendientes aún no han comunicado en qué lugar será enterrado por quinta vez José Antonio Primo de Rivera. A diferencia de Franco, el fundador de Falange sí es considerado una víctima de la Guerra Civil; de ahí que, de acuerdo a la Ley de Memoria Democrática, pueda permanecer en el Valle de los Caídos, aunque el Gobierno instó a que debía ser inhumado en la Cripta de Cuelgamuros, un lugar menos solemne; y emprenderá, en palabras de la propia familia, su «mal llamado eterno descanso».