Numerosos clubes de la Liga Española lucen una corona en el escudo. Estos equipos, como Real Madrid, Real Betis o Real Sociedad. cuentan además con la palabra real precediéndoles. El origen de dicha distinción se remonta al reinado de Alfonso XIII, entre 1886 y 1931, fecha en la que se fundaron la mayoría de los equipos españoles y se creó la Copa del Rey.
La afición del monarca por el fútbol era muy conocida. Se cuenta que, después de la victoria de España a Inglaterra en el antiguo Metropolitano en 1929, Alfonso XIII le dedicó un corte de mangas a su esposa, Victoria Eugenia de Battengerg, de ascendencia británica. Fue en aquellos años cuando muchos equipos decidieron, con el aval del Rey, otorgarle el título real e incluir la corona a cambio de la Presidencia de Honor del club.
El primero en hacerlo fue el Deportivo de la Coruña que en 1908 solicitó a la Casa Real la denominación de real. Sociedad de Fútbol de Santander y Sociedad de San Sebastián harían lo propio en 1910, y Club Deportivo Español de Barcelona en 1912. Dos años después llegaría en turno de Vigo Sporting Club y Betis Football Club. Algo más tardó el Madrid Football Club, que consiguió posar el emblema monárquico sobre su estandarte en 1920. No obstante, la proclamación de la Segunda República en 1931 prohibió la exaltación de símbolos monárquicos y los equipos reales se vieron obligados a retirar la corona de sus escudos y, con ello, el apelativo de real.
Fue así cómo un largo número de clubes tuvieron que adaptarse a la nueva realidad social y al escenario político del país. Especiales fueron los casos de Real Madrid y Real Sociedad. Los merengues adoptaron la franja morada diagonal en su escudo —azul, en la actualidad— en honor a la República, mientras que los txuri-urdin cambiaron su denominación a Donostia Football Club.
Tras el fin de la Guerra Civil y la instauración de la dictadura franquista, todos los clubes recuperaron los símbolos monárquicos, pero los equipos fueron obligados a españolizarse, prohibiendo las palabras extranjeras en los nombres. Así pues, el Athletic de Bilbao pasó a llamarse Atlético de Bilbao, Racing de Santander cambió a Real Santander, y Sporting de Gijón fue rebautizado como Real Gijón. Otros como el Fútbol Club Barcelona y el Sevilla Fútbol Club pasaron a ser Club de Fútbol Barcelona y Sevilla Club de Fútbol, respectivamente. Sólo al Club Atlético Osasuna —cuyo significado es salud en euskera— se le permitió llevar un nombre no español. Con la llegada de la democracia, todos los equipos volverían a lucir sus nombres originales .
Ahí no terminó la cosa, pues el último club en conseguir la distinción de real fue el tinerfeño Real Club Deportivo Gara en 2012 con motivo de su centenario. Dicho sea de paso, Villarreal, Cádiz, Osasuna y Girona llevan la corona sin tener el apelativo de real. Sólo que no son coronas monárquicas. En el caso de los castellonenses, se debe al marquesado de Villarreal que preside el emblema de la ciudad; el cuadro gaditano lleva una corona ducal por el Ducado de Cádiz, los rojillos la lucen en referencia al histórico Reino de Navarra, y en el caso del equipo catalán, la corona de príncipe que luce al timbre es en honor al escudo de la ciudad.
Pero España no es el único país que cuenta con equipos reales, pues el Real Club Deportivo España, de Honduras, consiguió tal distinción en 1977 de manos de Juan Carlos I. En México, otro Real Club España fundado por inmigrantes españoles en 1912 lucía la corona hasta su desaparición en 1950. Real Cartagena y Real Santander, ambos de Colombia; Real Club potosí de Bolivia, y Real Salt Lake de Estados Unidos son ejemplos de países bajo regímenes republicanos con equipos reales. En Europa, el Mónaco luce la corona del Principado, y sólo los tres grandes clubes de Bélgica la mantienen: Royal Sporting Club Anderlecht, Club Brujas y el Royal Standard de Lieja.